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Seguimos con la entrevista para la revista virtual “PRIMERO ESTABA EL MAR”

Foto del escritor: Mayra CotesMayra Cotes

-Estos son textos inteligentes y en consecuencia cargados de un excelente humor ¿Qué otras características presentan estos escritos?

Me encanta que los describas así. Suena pretencioso, pero me gusta que los percibas inteligentes, y si, el humor es un gran bálsamo para mí, es como inyectarse morfina, ante un gran dolor poder adaptarse a la situación, ver desde afuera y encontrarle lo risible. Es que la vida si te fijas es un enorme chiste, a veces sarcástico, a veces cruel, pero chiste al fin y al cabo, con finales inesperados que no a todos nos hacen gracia y que como yo, muchos no terminamos de entender.

En este libro todos los finales son, como lo dice el título, desafortunados o muestran relaciones desafortunadas, esto fue de manera intencional, el primer cuento fue de ese corte, dado mi gusto por las series de forenses policiacas, y encontré una delicia en ese humor negro, en esos giros a la historia, en dar la sensación de estar montados en una montaña rusa. También está mi corazón caribe, la mujer en distintos matices, mis tristezas mis nostalgias, y mi escucha, las historias del día a día enriquecen mi narrativa, poder ponerme en los zapatos de un hombre y escribir desde su voz , resulta de seo de escucharlos, aunque el prejuicio diga que a los hombre no les gusta hablar, aunque no sea un discurso continuo, permanente, en el momento que deciden hacerlo, siendo muy concretos ahí estoy yo, pescando frasecitas y construyendo historias a partir de ellas.

También podrías describirlos como imaginativos, de realidades alternas, describiendo un mundo donde todo es posible, donde debes permanecer atento porque cualquier cosa puede pasar sin previo aviso.

-Y esto de la escritura ¿cómo se da en ti? ¿Desde cuándo?

Bueno, creo que esto lo respondí en las preguntas anteriores, desde que aprendí a escribir, las palabras se me atiborran en la cabeza como un diálogo interno permanente y de alguna forma tienen que buscar salir. Además el diálogo en estos días es muy limitado, no hay tiempo para visitas, para reunirnos simplemente a conversar, las distancias son cada vez mayores, hay un listado de cosas urgentes por hacer que priman antes de poder darse el lujo de tomar tiempo para hablar. Así que las respuestas deben ser cortas, depende el entorno políticamente correctas, para no generar una discusión que tomaría tiempo en argumentar, y yo me quedo con la conversación en la cabeza, rumiándola, encontrándole sabores, matices, texturas y esas palabras como ya lo dije antes buscan la manera de salir. También, es verdad, me gusta hablar demasiado, y no siempre es posible encontrar personas con los mismos intereses y con tanto tiempo disponible. Es más, te cuento a veces hago el ejercicio de responderme las preguntas que les hacen a las reinas de belleza en la final del concurso y estoy segura que no escucharíamos tanto desatino si se tratara de una conversación con tiempo para desarrollarse. Yo me hago las preguntas y me toma días encontrar la repuesta que exprese lo que realmente pienso, siendo bien honesta conmigo y que sea coherente con mi propuesta de vida.

Y es que a veces se me atropellan las palabras al hablar, en cambio escribir me sale más fluido.

-¿Hay algunas influencias importantes de escritores en tu proceso creativo? ¿Cuáles?

El primer libro grande que leí fue “Lo que el viento se llevó” de Margaret Mitchell, y me obsesioné, con ella, fue su única obra, pero fue suficiente para hacer una obra maestra, me encanta como combina la rigidez de contar hechos históricos, con la expresiva emotividad de una mujer por fuera de su contexto social, la forma en que la protagonista máquina, manipula, se anticipa me maravillaba, y es una mujer que también se da el permiso de describir telas, corpiños, peinados… como emociones, deseos, frustraciones. Así somos las mujeres, una mezcla integral de muchas cosas, algunas pueriles, otras más profundas pero todas esas cosas nos conforman, nos hacen ser quienes somos.

De pronto, no es este, el estricto orden de relevancia, pero debo mencionar a Edgar Alan Poe, me encanta la tensión que genera, el permiso que se da de ser malo (espero no me estés psicoanalizando y determines que soy una psicópata jajajaa) y digo ser malo en el sentido que no le da ningún pudor, enterrar corazones y que luego la culpa atormente al protagonista. Bueno encuentro delicioso mandarme en un tobogán mientras lo leo sin saber que me espera al final del recorrido.

Por supuesto que está García Márquez, es que parecerá excesivo regionalismo, pero realmente, el caribe es mágico, es sólo observar un poco y emanan las historias más asombrosas, la forma de narrar de la gente, la música, la sonoridad de las palabras, la inventiva para hacer bromas, para poner sobrenombres. Entonces leer a García Márquez es ese reencontrarse con esa esencia caribe, yo no sé qué sensación despierte él, cuando lo leen personas de otros países. Pero para mí es reconocerme permanente como parte de algo. Y esa misma sensación me genera David Sánchez Juliao, yo abrazo su escritura y digo, esta es mi identidad.


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