Kamilo Olaya Zea
Productor Audiovisual - Musico
Regularmente mis sinergias son de personas que estudiaron una cosa, pero sus pasiones son otras o son profesionales que aman su trabajo, pero tienen un talento hacia las artes que aún no se deciden a explorar. Kamilo no pertenece a ninguno de estos dos grupos. Desde siempre lo supo. Su pasión, talento y profesión es la música. Aunque como todos tiene un pasado: en su primer paso por la educación superior escogió como carrera Biología Marina, según él por tener una formación más formal y darle más tranquilidad a su padre respecto al futuro de su hijo.
Pero no estuvo mucho tiempo en el sendero de la biología. Él entendió prontamente que ser el próximo Jacques Cousteau colombiano no sería su destino. Escuchó a su corazón y decidió cambiar el pago de su semestre por la compra de una guitarra eléctrica. Que tuvo consecuencias serias, las tuvo; que se aguantó estoicamente una reprimenda, pues también, pero jamás se ha arrepentido de esa decisión. Desde ahí todos sus caminos han sido dirigidos hacia del arte. Yo me atrevería a pensar que de haber seguido estudiando biología marina hubiese elegido investigar el canto de las ballenas por encontrar algo de melodía en la ciencia y no apartarse del todo de lo que le mueve las fibras. Lo irónico de la situación es que fue precisamente su padre quien le inculcó este amor por la música. Kamilio creció viendo a su padre interpretar el acordeón y la guitarra y ser el compositor de las canciones interpretadas por emblemáticos juglares del folclor nacional.
Es así como finalmente se decide a ser ingeniero de sonido, encontrando el equilibrio entre esa precepción suya que le dice que lo correcto es contar con educación superior y ser coherente con su pasión. Aunque en lo personal me parece que no hay nada más formal que la disciplina y el estudio que exige la música. Dirige y produce todo tipo de material audiovisual direccionado siempre hacia la industria musical, salvo en esta ocasión que tuvo a bien colaborar con el contenido de una escritora amiga que necesitaba de su ayuda para generar este tipo de contenido para acompañar sus escritos.
Dentro de la industria musical también el abanico de posibilidades es amplio, pero en este caso no ha tenido que elegir y sacrificar. Opta por moverse en diversos campos y en diversos géneros, un joven Kamilo, por ejemplo, hizo parte de una banda de rock alternativo, interpretando el bajo, un poco más adelante, mostró su versatilidad creando varias bandas, en las que participa al mismo tiempo. Cada una de un estilo de música diferente: pop, folclor, música ochentera, rap, funk y una maravillosa fusión entre tecno y música sabanera, porque sí, no lo había comentado, pero Kamilo nació en Sincelejo, fue criado entre fandangos, porros, cumbias y gaitas. Es además disc-jockey​ y organizador de eventos. Kamilo es otro motivo más para pensar que las tierras sabaneras de la costa caribe colombiana son también fértiles en el talento de su gente.
Kamilo también escribe. Escribe sus propias canciones y tiene un blog por supuesto de música, llamado “La oreja afilada” en donde desmenuza su conocimiento sobre su pasión, con toda la intensidad que suele ponerle a sus puntos de vista; definido en sus propias palabras: “Un espacio para conversar sobre las situaciones que se relacionan con la música, sus creadores, oyentes y la escena nacional y mundial de este arte”. Su primera canción se titula “Reina entre las moscas” y contrario a su intención de crearla para desahogar su despecho, les resultó a sus oyentes un blues que incita más a la sensualidad. Como suele pasar la significancia finalmente la tiene el receptor.
Su perseverancia y talento lo han llevado a recorrer el mundo mostrando su arte, ha tenido escenarios tanto en Europa como en los Estados Unidos.
Es este sencillo homenaje la manera que encontré para expresarle mi admiración y agradecimiento por participar en mis proyectos literarios.