Johana Serrato, también bióloga, dejó en suspensión su profesión durante largos años. En su momento fue ineludible hacerse la pregunta y ahora ¿qué quiero hacer? y la respuesta llegó por esa inquietud por la fotografía que había apenas asomado en sus tiempos de salidas a campo. Yo necesitaba hacerme las fotos de la carátula del libro, hurgando en Facebook, encontré que mi amiga, que hace 20 años no veía, mostraba su nuevo emprendimiento,  era fotógrafa.

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Se dio el reencuentro, las fotos quedaron preciosas, pero eso no era todo. Johanna también creaba portales de internet. Con mi esposo teníamos la intención de implementar una página de internet que nos permitiera llegar a más personas y a diversos públicos. Así que Johanna también creó este canal por el que ahora hablamos. El trabajo de Johanna como fotógrafa tiene un plus, no sólo hace maravillosas fotos convencionales, también realiza fotografía Boudoir, en donde muestra a sus retratadas la inmensa belleza que atesoran, devolviéndoles la confianza y reafirmando su autoestima.

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Es cierto, la ciencia perdió una gran bióloga, pero las artes visuales han ganado un creador sensible y minucioso, de insuperable talento